domingo, 13 de noviembre de 2011

Reflexión sobre los rasgos con los que aparece la práctica docente en función de las experiencias compartidas


Por Mariela Bosque; Silvina Mercado, Jesica Ysasi y Carina Zanello.


En una reflexión sobre los rasgos con los que aparece  la práctica docente en función de las experiencias puestas en común nos es posible puntualizar  varios tópicos sobre los cuales creemos, nuestra identidad docente fue configurándose multilateralmente. A través del cruce de los diversos tipos de trayectorias individuales comparadas,  hay varios elementos que notamos han influido en esta constitución, entre ellos están: las profesiones de padres y familiares cercanos y los modelos heredados de sus prácticas y de las de los primeros docentes que nos introdujeron en la educación formal de manera temprana; nuestro ejercicio de la práctica desde el juego y  desde acciones solidarias con compañeros, hermanos, amigos y el sentimiento de disfrute que en general acompañaba estos actos, que quedaron en nuestra memoria como momentos de alegría compartida y construida de manera conjunta.
Otra constante en nuestras trayectorias fue la impronta que tuvieron las prácticas educativas no intencionales adquiridas en institutos de idioma, academias de danza, talleres literarios, actividades promovidas por grupos religiosos, actividades artísticas y recreativas en general, en donde la transmisión y adquisición de diversos saberes no sólo nos  fue formando como educandos, sino que además  nos permitió entrar  en contacto con distintos dispositivos de transmisión y con metodologías de enseñanza que fuimos incorporando como propias en el ejercicio del aprender a aprender, y por ende, a enseñar.
 También nos parece oportuno señalar el modo en que los contextos históricos sociopolíticos  que atravesaba el país, paralelamente a nuestros  tránsitos particulares, fue permanentemente influenciando las prácticas que nos tenían como sujetos de la educación. En ese sentido, las políticas educativas  propiciaban o condicionaban, acorde a las valoraciones político-ideológicas que se ponían en juego en cada período, los recortes arbitrarios  que, plasmados en los planes de estudio, respondían a dichas coyunturas y a los desafíos de cada época. En el caso de este grupo de estudio, nuestro acceso a la educación formal estuvo fuertemente marcado por momentos históricos tales como La guerra de Malvinas y el regreso de la democracia.
Un punto más de contacto entre nuestras trayectorias estuvo dado por la experiencia universitaria que nos despertó, en el paso por la carrera de Comunicación Social y ya a nivel profesional, un especial interés en la vocación docente desde nuestros desempeños en ayudantías y pasantías dentro este  ámbito.

Este interés profesional se vio aún más consolidado en los casos de quienes tuvieron la posibilidad de acceder a propuestas laborales  que  permitieron asumir plenamente el rol docente desde el ejercicio en aula al mismo tiempo que ya evidenciábamos para los comunicadores un nuevo y poco transitado campo de acción .
Nuestros paralelos se juntan en el punto en el que la inquietud  por la  vocación docente nos reúne en esta nueva propuesta del profesorado, que se abre para el grupo como una nueva trayectoria en nuestra búsqueda. En este itinerario compartimos la idea de  intentar darle un nuevo sentido al campo educativo desde la perspectiva comunicacional y de repensar nuestras actuales y futuras prácticas educativas con las herramientas que nos aporte el profesorado universitario.  

1 comentario:

  1. Aquí van algunas resonancias de la lectura del artículo que nos proponen

    .- El artículo inicia aludiendo a identidades, identificaciones y afiliaciones... Así, las prácticas están enlazadas a la experiencia de los vínculos con figuras adultas (padres, profesores) que parecen dejar sus marcas en las biografías personales. Marcas que tienen múltiples aristas y se han explicitado en la rememoranza.
    .- En el segundo párrafo me quedo pensando... ¿por qué habrán puesto "prácticas educativas no intencionales"? ¿Qué sería entonces una "práctica educativa no intencional"? ¿El listado de experiencias serían "no intencionales"?
    .- Sobre el tercer párrafo me quedo con ganas de saber más sobre los contextos socio políticos que apenas insinúan (se ofrecen algunos titulares). Seguramente los intercambios han sido mucho más "jugosos" y "jugados".
    .- En el cuarto advierto que cuando se refieren a Comunicació Social aluden a una "carrera" y "profesión", en cambio a la docencia aluden como una "vocación"... ¿Por qué no han usado los mismos términos para aludir a una y a otra? ¿Qué significa estas diferencias? ¿Qué entienden ustedes por vocación? (sobre esto los invito a leer comentario ofrecido sobre artículo de Astegiano, María Emilia; Navarro Horñiacek, Gustavo; Oliver, Guadalupe; Samiguel, Diego DNI)
    .- Finalmente, tal vez la exploración de respuestas a las preguntas anteriores ayuden a "repensar las prácticas educativas" en el sentido que proponen.

    Muchos saludos
    Martín Elgueta

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